©Jesse Festa/ TNC
Eliana Urbina, Carlos López, Franklin Brenes y Maximiliano González son algunos de los jóvenes extensionistas de TechnoServe (TNS) que están promoviendo la innovación en buenas prácticas productivas y proyectos de conservación local, apoyándonos en el desarrollo de sistemas agropecuarios sanos en Nicaragua. Estos técnicos comunitarios nos muestran que no podemos seguir repitiendo el mismo error: llegar a las comunidades como “expertos” que traen su conocimiento y una visión sobre cómo debería funcionar el paisaje. Los expertos reales son los productores, que viven y entienden los impactos que sus fincas y comunidades enfrentan día a día ante el cambio climático.
En el sector agropecuario, el flujo de información, tecnología y conocimientos desde los centros de investigación y las instituciones académicas hacia los productores experimentó un auge a fines del siglo XIX, cuando surgió el concepto de extensión rural en los Estados Unidos. Más tarde, en la década de 1950, el concepto de extensión agrícola se difundió por toda América Latina y el Caribe, ganando mayor relevancia con la Revolución Verde. Desde entonces, el concepto de extensionismo rural ha evolucionado desde una transferencia tecnológica lineal, de arriba hacia abajo (top-down) hasta una visión más amplia, basada en sistemas o redes de innovación. En estos modelos, los saberes ancestrales de los productores son reconocidos, y la innovación es impulsada a través de un flujo genuino de conocimiento en múltiples direcciones entre todos los actores de la cadena agroalimentaria: de productor a productor, de investigador a productor, de productor a investigador, de productor a extensionista, de extensionista a proveedor de insumos, etc.
En el marco de ResCA Nicaragua(un proyecto financiado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, alineado con AgroLAC 2025 y liderado por The Nature Conservancy), se formó una alianza que promueve estos sistemas de innovación territorial. Liderada por TechnoServe (TNS), una ONG global con 30 años de experiencia en el sector ganadero nicaragüense, y Grupo Lala, una de las empresas de lácteos más grandes de la región, se llevará a cabo prototipo durante los próximos 18 meses. A través de este proyecto, se está ejecutando una estrategia de sistemas agropecuarios sanos por parte de los extensionistas locales arraigados en las comunidades y con redes extensas de productores que pueden impulsar este cambio. El objetivo: promover la sostenibilidad de la ganadería, que es la principal fuente económica para estas comunidades locales y cooperativas. Hoy, estos productores enfrentan a más allá de una economía desalentadora, y no sorprende que los retos se encuentren en aspectos vinculados al clima.
La ganadería en Nicaragua tiene sus picos. Durante la estación húmeda, la producción de leche llega a su máximo mientras el paisaje muestra un verde intenso. En los departamentos de Boaco y Matagalpa, los productores locales llenan sus pichingas (40 litros) con leche de sus vacas que luego son transportadas a los centros locales de acopio de las cooperativas. Sin embargo, en la estación seca, el panorama cambia drásticamente. La producción decrece de forma significativa, ya que escasean las pasturas verdes para alimentar al ganado adecuadamente. La mayoría de los ganaderos tienen que vender sus vacas a muy bajos precios o son forzados a comprar alimento para mantener a su ganado durante este periodo de sequía. Esto afecta las ganancias acumuladas durante el año y refuerza un círculo vicioso de pobreza. Y, con un clima en constante cambio, los ganaderos son extremadamente vulnerables ya que la duración de los periodos de sequía se extiende durante más meses y golpean en momentos inesperados, mientras la temporada húmeda termina antes que lo normal. Los compradores, como LALA, son forzados entonces a buscar otras fuentes de suministro de leche fuera de la región Boaco/Matagalpa e, incluso, fuera del país.
Confiamos en que ResCA Nicaragua es la iniciativa que puede cambiar esta situación. Al utilizar sistemas silvopastoriles (que involucran tres estratos: pastos, arbustos y árboles), los ganaderos líderes pueden co-diseñar estos sistemas productivos y probarlos en fincas modelo. Otros productores aprenderán de sus vecinos en estas fincas modelo, acerca de las prácticas que están funcionando y las que no; de esta forma, puedan adaptar el sistema e implementarlo en sus propias fincas. El proyecto presentará a los productores las diferentes alternativas que son viables según el microclima de su región y brindará una guía sobre cómo adaptarlas a sus necesidades y a los recursos que tienen disponibles.
En las cuatro regiones donde interviene ResCA Nicaragua, el equipo local de TNS está compuesto por extensionistas con experiencia y conocimiento en prácticas agrícolas, forestales, veterinaria y desarrollo rural. Son profesionales jóvenes que estudiaron en las instituciones más reconocidas de Nicaragua y, lo que es más importante, son originarios de las comunidades y conocen las realidades locales que enfrentan los ganaderos. En sus lugares de origen, son reconocidos como vecinos, hijos de productores o colegas de la cooperativa. Y, sobre todo, están apasionados por poder ayudar a cambiar la realidad local a través de este proyecto que puede impactar positivamente en el sector ganadero nacional.
Un aspecto que muchas veces se olvida es que, más allá de capacitaciones o entrenamientos, y/o acciones de transferencia tecnológica como parte del proceso de extensionismo rural, la decisión final está siempre en las manos de los productores. Estas decisiones están basadas en el sistema de creencias de los productores y en los recursos (financieros, técnicos y humanos) que tienen disponibles. Entonces, cuando se diseña una estrategia de intervención en el sector rural, es clave que los productores puedan formular sus propios enfoques y soluciones para el problema original que se quiere resolver y que ellos participen activamente durante el proceso. Esto está basado en una metodología que es diseñada para construir sobre la experiencia del productor y generar un ambiente real de intercambio de saberes y conocimientos para facilitar un proceso horizontal de enseñanza-aprendizaje.
Finalmente, son los ganaderos quienes toman las decisiones estratégicas al adaptar su conocimiento ancestral con la última tecnología y alinearla con sus estándares culturales y su visión de desarrollo. Sin embargo, esto es posible solo porque ResCA Nicaragua se está involucrado de raíz en estas comunidades locales con promotores comunitarios que entienden este enfoque, construyen confianza con los productores y aportan una gran pasión para implementar a escala estos cambios tan necesarios.